EL ERRANTE PERPETUO

Eduardo Yengle

En la mano derecha se encuentra el hilo original que entrelaza el camino y la constante. Mano izquierda el tiempo y mente que guarda aparente realidad, el meñique recibe todas las sensaciones del cosmos, creando – agradecido - un sendero infinito. Somos melodía constante en impulso sucesivo de eco profundo, muy oscuro.

 

Penumbra que entrelaza toda la vida en esencia, son “todas las vidas”. Al lado de cada una la muerte aprende a cortar la sabiduría del tiempo, consumación que sabe apagar destinos como llamas al viento, crear coincidencias e inventar inicios, siempre de nuevo.

 

Ese errante perpetuo que tenemos todos muy adentro y alejado, el hilo dirige el encuentro de su camino atravesado. La mano derecha forma la suerte, osadía y el deseo; mano izquierda el tiempo y recuerdo; meñique sostiene el hilo y nosotros, nosotros servimos de fiel intento.

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