– DAVID LAFOZ, SEMILLA DE SILENCIO
David Lafoz, sembrabas con la frente
y el sudor que hería, al alma en lo profundo,
con la verdad callada del valiente
que nunca pide nada de este mundo.
Fuiste raíz, sostén, temple sin ruido,
hombre de campo, de mirada clara,
pero la presión —a ti fiero, incomprendido—
te empujó al borde donde el alma para.
Hoy, en tus campos, sopla un viento extraño,
y en cada surco habita tu memoria.
Eres leyenda, David, héroe de antaño
merecedor de justicia y dulce gloria.
No te venció la lluvia ni el pedrisco,
ni el polvo, ni el sudor, ni el abandono,
te hirió un mundo sin alma ni resquicio
para el dolor que pesa más que el plomo.
¿Quién vio tu cruz? ¿Quién te tendió la mano
cuando la carga se tornó imposible?
La vida, con su juicio tan temprano,
falló al que era más justo e invencible.
Fuiste guerrero, duro cual los robles,
fuerte, sin odio, limpio, sin doblez.
Te cantamos hoy tus gestos nobles
pidiendo honra y memoria a tu honradez.
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(A David Lafoz, a quien la burocracia
agobiante empujó al suicidio).
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Autor:
ODIN (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 5 de agosto de 2025 a las 04:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, alicia perez hernandez
Comentarios1
Homenaje a ese joven agricultor que se vio abocado al suicidio por luchar por lo que era suyo y tanto sudor le costaba. DEP
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