Tú dices que soy arte pero si puedo serlo serlo es porque tu fuego me ampara quemando las críticas y evaporando mis lágrimas.
Tú fuego me quito el frío del duro invierno y me llevó consigo al verano recordándome los largos días de felicidad ausentes de preocupaciones donde el reloj no corría y los días se contaban en planes y risas.
Quizás ahora que no estas ese nombre sea demasiado para mí, tu fuego se alejó y aunque temo no volver a sentir tu calor, más temo sentirlo cada vez te busco pues pese a que generamos una potente luz nuestra relación tenía varias sombras, pequeños y dolorosos abismos de oscuridad donde yo me sentaba a contemplar el vacío mientras tú parecías esforzarte en alejarme de ellos, en evaporar mis lágrimas cuidando de no quemarme pues los dos sabíamos que otra manera sería imposible.
Y aunque tu fuego ya no me sea visible y ni alumbra ni caliente mi camino se que si estoy haciendo lo que me gusta es gracias a ti, gracias a una bendita coincidencia y a un corazón naranja que cambió toda mi vida te quiero dar las gracias porque me enseñaste que una ruptura no es un naufragio sino un repentino volver a tierra.
Espero que tu fuego nunca deje de alumbrar y si algún día lo hace ten por seguro que te ayudaré a encontrar un mechero.
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Autor:
IsabelBonell (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 4 de agosto de 2025 a las 08:54
- Categoría: Carta
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Javier Julián Enríquez
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