6:00 de la tarde
Estoy solo en el techo de mi casa.
Mil cosas pasan por mi cabeza,
pero solo una resuena tan fuerte
que hasta duele:
¿Qué hice mal?
Tal vez no soy bueno,
quizá soy la peor persona del mundo
y este es mi castigo.
Pienso en todo lo que fallé,
en cómo la cagué,
y no entiendo por qué me tratan así.
No puedo más.
Las lágrimas no dejan de brotar.
Mi madre me ataca,
y mi padre, desde el más allá,
me susurra que todo estará bien,
que sea fuerte…
pero este dolor me quema.
Cada noche el insomnio me consume.
Me desconozco.
Ya no sé quién soy.
Solo quiero dormir.
Descansar.
Desaparecer un rato de esta tormenta.
Y aquí sigo…
con la mirada perdida entre cables y nubes,
mientras la ciudad allá abajo
ni se entera que estoy roto.
A veces pienso que si desapareciera
nadie notaría mi ausencia,
que mi silencio no haría eco,
que mis pasos no hacen falta.
Me esfuerzo por sonreír,
pero se me nota en los ojos
que estoy cansado de fingir.
No hay fuerza que me levante,
ni abrazo que me cure,
ni palabra que me calme esta tormenta.
He sido fuerte tanto tiempo
que se me olvidó cómo pedir ayuda.
Todo lo guardé, todo lo tragué,
hasta que se me quedó atascado en el pecho,
como una espina que no deja de sangrar.
No quiero piedad,
solo quisiera entender
por qué duele tanto existir.
Por qué a veces el mundo
parece tener un lugar para todos,
menos para mí.
Mi reflejo ya no me reconoce.
Mi alma grita en un idioma
que nadie parece entender.
Y yo, aquí, callado…
esperando que la noche
me lleve sin ruido.
-
Autor:
Antonio Di Angelo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 4 de agosto de 2025 a las 00:50
- Comentario del autor sobre el poema: Hace mucho que no escribía pero me alegra regresar aquí donde puedo ser yo con mi mente y desahogar todo lo que estos años e guardado
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.