La Pesadilla del Príncipe

Sentimientos que sangran, resentimientos que sanan,
Si pudieras elegir qué sentir, ¿te permitirías sufrir? 
O elegirías morir, al descubrir que así, no se puede vivir.

Pues si al momento de elegir, a todo lo demás debes dejar ir,
Al momento de volver a elegir, valdrá más lo que regrese, ¿o lo que elijas para ti?
Solo vale tu elección, o ser tú, ¿la mejor opción?

Si cada emoción que se repite, no es la de la vez anterior,
¿Vale siquiera distinguir entre lo que sientes y lo que no?
Hace falta elegir, dejar que fluya, ¿o repetir y rebuscar alguna pizca de amor?

La ingenua versión del pasado regresó, en duda se presenta saludando al nuevo yo,
Como si el reflejo que mira fuese tan lejano y tan ajeno como si desconociera en quien se convirtió.

Sonríe con tristeza, pidiendo perdón,
Por cada error y cada ilusión que a su viva imagen entristeció.

Pero el reflejo solo sonríe, congelado y sin emoción,
asuntando al pequeño príncipe, que al pasado regresó,
La ceremonia de su coronación se desvaneció,
El presente nuevo es, y el recuerdo en sueños quedó,
Extrañando la vida que al parecer jamás vivió,
Sintiendo ansias y dudando si repetir, o decir adiós a todo eso que alguna vez existió.

Si pudieras elegir qué sentir, ¿te permitirías sufrir? 
¿Vale siquiera distinguir entre lo que sientes y lo que no?
Todo eso que vives, ¿tiene algún valor?
Si tan solo desapareces, ¿en todos los demás aún vivirá tu valor?
Solo vale tu elección, o ser tú, ¿la mejor opción?