Juegos del tiempo viejo

Rosa Maria Reeder

En la plaza duerme un canto
de risas que el viento empuja,
donde el tiempo juega en ronda
con la memoria en su burbuja.

El valero es un cometa
atado a un hilo de sol,
da piruetas en el aire
como un pez sin caracol.

La resortera es un grillo
que salta sin dirección,
dispara sueños al viento
con puntería de ilusión.

Las canicas son planetas
rodando en un callejón,
cada niño es un gigante
con galaxias en su bolsón.

En las sombras se esconde
la risa de mil “¡No estás!”,
las escondidas son cuentos
que el silencio escribirá.

Y en la mesa hay un teatro
de colores y emoción,
la lotería da vida
a un cartón y su canción.

La cuerda salta en el aire
como una serpiente azul,
y el trompo gira y susurra
los secretos del baúl.

No había pantallas ni cables,
ni botones que apretar,
solo el mundo y sus juguetes
hechos de tierra y de sal.



Rosa Maria Reeder
Derechos Reservados

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Comentarios +

Comentarios3

  • JUSTO ALDÚ

    Qué belleza de evocación: un canto lleno de polvo dorado y memoria juguetona.
    Me permito dejarte un comentario poético, como si yo también jugara en esa plaza:

    Aquí no solo duermen los juegos, despierta el tiempo. Cada estrofa es un artefacto encantado: el valero es un pez aéreo, la resortera un grillo soñador, las canicas… ¡planetas! Es un universo de infancia en expansión constante, donde los niños no miran pantallas sino galaxias en su bolsón.

    La última estrofa es un epitafio dulce para esa época sin cables, y a la vez, un conjuro: con versos así, la memoria no se apaga, se reinventa.

    Tu poema no solo canta, juega. No solo recuerda, revive.

    Y en tiempos donde todo se acelera, esta plaza tuya —de sal y de sol— es resistencia y tesoro. Gracias por invitarme a saltar la cuerda contigo.

    Bellísimo

    • Rosa Maria Reeder

      Que hermosos recuerdos de la infancia gracias JUSTO ALDU

    • Salvador Santoyo Sánchez

      Con que maestria revuelves el pelo dorado de los niños, que empolvados por el tiempo, persisten en ese eco silencioso.
      En el recuerdo de cada uno de nosotros, que seguimos llevando un niño interior.
      Un aplauso, a esas geniales letras, inspiradas por el Espíritu Santo.

      Recibe saludos sinceros, estimada poetisa Rosa María Reeder

    • rosi12

      El valero es un cometa
      atado a un hilo de sol,
      da piruetas en el aire
      como un pez sin caracol
      BELLAS LETRAS GRACIAS POR COMPARTIR QUE TENGAS UN BUEN DIA



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