NOS IMPONEN NO SABER LEER.

Nkonek Almanorri

La palabra ha sufrido una

terrible deformación.

Ya no se sabe bien qué dice.

No se lee filosofía para

que cada uno confirme sus ideas, 

sino para que cada uno vea más 

lejos.

 

 

  • Autor: Nkonek Almanorri (Offline Offline)
  • Publicado: 30 de julio de 2025 a las 17:35
  • Comentario del autor sobre el poema: Si revolvemos y buscamos en lecturas viejas no sólo vamos a encontrar y recordar lo que nos han hecho olvidar sino que enfermamos de angustia, de tristeza e incluso de miedos. Si la izquierda, la poca que queda, compra y acepta los marcos ideológicos de la derecha, no tenemos futuro, peor aún: pasearán por encima de nuestros cadáveres, lo de Gaza será una broma máxime cuando sabemos el odio que nos profesan. Si nos creemos, porque nos lo dicen los que llevan más de doscientas guerras, conflictos armados, Golpes de Estado en el mundo desde hace ya 249 años, que hay democracia en EEUU o en Ecuador, en Argentina o en Rumanía y no la hay en Venezuela, llegamos, seguro, a un callejón sin salida. No es fácil resistir por la enorme presión mediática a la que estamos sometidos. Le pasó a Francia e Inglaterra con la Segunda República española: por dejarla sola se la tragaron, la bombardearon, la reventaron y después los EE.UU de Norteamérica trajo la Segunda Guerra Mundial, al igual que ahora intenta traer la Tercera. La izquierda que dice y hace cosas de derechas se disuelve en el tiempo, se vuelve rea y acaba también matando a los suyos. Es urgente, muy urgente y colectivamente, volver a hablar de democracia real. No se lee filosofía para que cada cual confirme sus ideas, sino para que cada uno vea más lejos.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 63
  • Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Salvador Santoyo Sánchez, alicia perez hernandez, EmilianoDR, rosi12, mauro marte, Un atisbo
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Comentarios4

  • Salva Carrion

    Yo no me atrevería a decir lo mismo.
    Desde la época en que se escribió “Mío Cid” hasta la actualidad, la palabra (el castellano) se ha transformado muchísimo.
    Cuando se compuso esos cantares, los burros tiraban de los carros. Hoy tenemos aviones y armas nucleares. Es normal que las palabras hayan evolucionado conforme lo ha hecho la sociedad.
    Salud y poesía.
    🍷🍷

  • Nkonek Almanorri

    Entiendo sus palabras, su pensamiento y además tal como usted lo expone tiene su lógica: la palabra ha evolucionada en la dirección que usted ha expuesto. Yo a lo que me refiero es a la deformación del contexto en que se usa la palabra, no tanto en sí el vocabulario sino el uso de ésta a la hora de exponer una realidad, por ejemplo: la palabra Utopía nace de una novela, 1516, de Tomás Moro en la cual se expone públicamente y para la sociedad de su tiempo el nombre de un lugar físico, una isla lejana en la que la sociedad allí presente no estaba sujeta a leyes feudales, a imposiciones de esclavitud ni sometimiento a un rey en aquel entonces Enrique VIII, amigo personal y muy cercano al autor de esta novela. La aparición de esta obra en aquella sociedad supuso un gran impacto, fue un acto de rebeldía por parte de los que la leyeron o supieron de ella hasta el punto de que el rey vio en peligro su status: ¿de qué hablaba la novela? pues de un lugar en el cual existía la libertad, la justicia, la no esclavitud ni el sometimiento a un amo feudal; a partir de este hecho, el de aportar conocimiento y libertad, el mismo rey ordenó ejecutar a su amigo y escritor. A partir de ahí esta palabra fue modificada en su significado primero y en aquel entonces único: ya no era libertad, derechos, justicia sino todo lo contrario, y hasta hoy: cuando alguien no cree en algo la nombra: "esas ideas son una utopía"; es la deformación de una misma palabra que antes tenía un significado y hoy otro al contrario: deformación del significado de la misma palabra, y para matar más y mejor las palabras han decidido acabar con la filosofía. Es mi opinión.

    Gracias por la suya, se agradece otra mirada de una misma realidad.

    • La Hechicera de las Letras

      Enrique VIII es responsable de la muerte de Tomás Moro, pero el libro Utopía (1516) no tuvo que ver. La causa de la muerte de Tomas Moro fue negarse a reconocer a Enrique VIII como jefe de la Iglesia de Inglaterra en 1535, lo que se consideró traición. El conflicto fue político, religioso no literario.

      Enrique VIII era un rey con apetito de dios: quería su voluntad por encima de Roma, de la ley y de cualquier conciencia que osara resistirse. Al principio, Tomás Moro era su joya: consejero brillante, canciller irreprochable, la mente que el trono presumía tener de su lado. Pero cuando el monarca decidió divorciarse de Catalina de Aragón y coronarse a sí mismo como jefe de la Iglesia, el juego cambió. Moro se negó a rendirle su alma. No gritó, no escribió panfletos, no encabezó rebeliones; simplemente guardó silencio y no firmó el juramento que declaraba al rey cabeza de la Iglesia de Inglaterra.

      Ese silencio fue su sentencia. Lo encarcelaron en la Torre de Londres, lo llevaron a un juicio donde la traición ya estaba escrita antes de que hablara. La corona no soporta miradas limpias: necesita rodillas dobladas. Así que lo condenaron, lo llevaron al cadalso y le cortaron la cabeza. El rey podía perdonar ladrones, incluso en su círculo, pero nunca perdonaría a un hombre que le recordara que no era Dios.

      El filo que decapitó a Tomás Moro no venció su voluntad, solo separó la carne de la idea. Enrique VIII ganó un cadáver y perdió para siempre la partida invisible: la historia recuerda al rey como un tirano caprichoso y al hombre decapitado como un mártir incorruptible. El poder puede matar cuerpos, pero no puede domesticar conciencias. Cuando la cabeza de Moro cayó, el trono creyó imponerse; en realidad, fue el rey quien quedó desnudo, porque nadie teme tanto a la verdad como quien necesita asesinar el silencio que lo desafía.

      La Iglesia Católica lo canonizó en 1935 como santo y mártir.

      La Hechicera de las Letras.

      • Nkonek Almanorri

        Por encima de todos los argumentos, todos ciertos y válidos, expuestos en su respuesta también está de fondo la enemistad de este rey con el escritor Tomás Moro por el tema concreto de enfrentar a aquella sociedad, que creía vasalla suya, cuando ésta supo qué había más allá de dónde alcanzaba sus miradas.

        Valoro, mucho, su aportación. Gracias.

      • EmilianoDR

        Gracias poeta Nkonek por cada palabra de tu poema, y por llegar a la calle sellada y sin salida de la llamada democracia, alimentada por la ignorancia y el poder aplastante.
        Saludos cordiales.

      • ElidethAbreu

        Amigo, Democracia es la palabra favorita de Maduro, de Ortega, de DJT y la enlodan es sus bocas la estrangularla sin piedad. en Estados Unidos se piensa que solo es el nombre de un partido. Ignorancia desde el poder que se rodea de otros ignorantes, vestidos de sapiencia para duplicarla en la gente vulnerable.
        Me ha encantado el texto y tu comentario Nkonek Almanorri.
        Abrazos y gracias.



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