Orgasmo universal

Orgasmo universal

Me preguntas:
—¿Qué es el orgasmo universal? —
Te respondo:

Es acercar el rostro a la tierra,
sentir su aliento tibio,
escuchar el murmullo de la hierba,
el susurro de los árboles,
el latido callado de los animales.

Es observar las partículas de polvo,
invisibles en la sombra,
pero bailarines en el fulgor del sol,
girando en un frenesí dorado,
como astros diminutos
ardiendo en la piel del aire.

Es inhalar la última exhalación de los jazmines,
la huella invisible de su piel disuelta en el viento,
un eco perfumado
que se aferra a la sangre
aunque el tiempo los haya devorado.

Es comprender
que cada roce es un rezo,
cada gemido, una plegaria
ofrecida al cuerpo antiguo de la Tierra.
Que todo acto de entrega
es rito y renacimiento,
una llama que vuelve a fundirnos
en el molde del origen.

No somos dos.
Somos una misma llamarada
que olvida su nombre
mientras arde.
Como raíces entrelazadas
bajo la piel del bosque,
como estrellas que se funden
en un mismo destello de eternidad.
Un temblor sin bordes,
sin principio ni fin,
donde el yo se disuelve
y el todo respira.

Eso...
eso es orgasmo universal.

El amor no solo se hace —
se celebra con cada célula de la Tierra.
— L.T.