Vivimos juntos,
pero te siento tan lejos…
te beso con todo el amor que me queda
y solo encuentro la frialdad de tus labios.
Te acaricio,
queriendo encender el fuego de la pasión,
y mis manos tropiezan
con témpanos de hielo.
Te digo “te amo”,
pero tu respuesta suena hueca,
como un eco que no vuelve,
como un “te amo” que no siente el alma.
Hay días en que tú también lo dices,
pero tus ojos no miran los míos,
tu mente viaja a otro lugar,
quizá a él…
a ese nombre que no dices,
pero que arde entre tus silencios.
Me abrazas,
pero no me abrazas;
me juras que no te arrepientes,
pero cada vez que lo dices
suena tan poco creíble.
En tu enojo sueltas verdades dolorosas:
que no me amas, que no me quieres…
y entonces, ¿por qué sigues aquí?
¿Será que él,
el verdadero dueño de tu deseo,
no puede estar contigo todavía?
¿Será que ese amor prohibido
te quema en secreto,
y lo alimentas con cada palabra,
con cada conversación
que sabes que me hiere?
Yo me rompo,
me pierdo,
me pregunto qué hacer
para que vuelvas a quererme,
si es que alguna vez
de verdad me quisiste.
Porque yo sigo aquí,
esperando el día
en que tus labios vuelvan a arder,
y tu abrazo vuelva a ser hogar…
y no una prisión helada.
-
Autor:
Luis de leon (
Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2025 a las 09:45
- Categoría: Carta
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Roberto D. Yoro, Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.