Boborecuerdo

Tanta juventud en busca del amor, sentada en las bancas, recostada en los verdes, calentándose con el verano. He pasado por tu casa y su pintura me recuerda el paso del tiempo. He tocado sus paredes con la yema de mis dedos hurgando tal vez en su memoria, con el miedo a tocar tu puerta y ver que aquellos buenos recuerdos hace mucho que decidieron irse.
Es curioso, a veces le digo al taxista tu dirección cuando se me ocurre escapar de mi soledad. Y veo las mismas calles, tan serenas, como si no supieran que el amor alguna vez tomó su ruta. Los semáforos siguen cambiando sus colores, quisiera que me detengan cuando intento buscarte.
Los años que han pasado construyeron una distancia del tamaño de mi soledad, tu voz se fue diluyendo como la tinta que se ausenta en miles de hojas, hojas que ahora solo saben de memoria lo que escrito estaba en su carne.
recordé entonces, sin querer, una de mis palabras favoritas; una de las tantas palabras que siempre quise oír que pronunciaras.
Entelequia,
Nunca dude al escribir, que quizás alguien con el mismo amor tambien pergeñaba cartas que al final serian solo eso, entelequias. Mensajes en botellas que siguen naufragando por mares extraños.
En tu familia es posible que existieran aquellas cartas, tu padre o el padre de tu padre de seguro tiene alguna historia que contarte al respecto.
Sin embargo, hoy es muy difícil determinar cuántas cartas extraviadas siguen esperando a ser "reescritas" o cuantos corazones seguirán pasando sin encajar en el puzle de tu pecho.
Y perdóname por si en la mayoría de mis cartas no logro plasmar la esencia que lleva este amor, siendo sincero no creo que solo mis sentimientos tengan un valor per se; salvo que se tomen como mero fanatismo u obsesión les haría falta un gran motivo para que puedas leer esto como algo más que simple literatura kitsch.
En tanto prefiero dibujar tu nombre al final de este papel, sin otra tinta más que mi esperanza.