Perdón al dolor, le robe espacio
y lloré riendo como un loco sin horario,
y hoy,
camino despacio, ahí donde la noche vibra
fría, calma, sola y en signos de preguntas.
Le confese a mi terror de estar solo,
mis dependencias,
pero debí ser grande para aprender de esto,
o imposible es, no mostrarme entre el entrecejo de la dura sobriedad,
de creer las mentiras,
de filosofar las heridas,
de saber que todavía me falta,
pero eso irónicamente todavía no lo sé.
Me llamo al color, me llamo al escrito,
de evocar esta inmensa soledad dentro mío,
creciendo como ríos,
que se hacen parte de mí,
de mi miseria de verme mal,
de mi aprendizaje de verme bien,
de mis noticias, de mis llantos callados,
de mis triunfos en silencio.
(Pero sepa que...)
No temo.
Entendí lo que cuesta amarme,
y me amé.
Comprendí lo que era arte,
y me inspire.
Hoy los labios no extrañan otra carne, otro maleficio "divino".
Es que, aunque me cueste
aprendí a amarte soledad,
y sé que te llevarás una parte de mí hacia todas partes.
Y yo una parte de tu áspera espontaneidad,
de dejarme solo pensando para no olvidar que aún existo.
(que sigo vivo)
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Autor:
Dem Rz (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2025 a las 03:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., Salvador Santoyo Sánchez, ElidethAbreu, Pilar Luna
Comentarios1
Geniales estrofas has escrito para deleite de la poesía
Recibe un abrazo de Críspulo
El Hombre de la Rosa
Un privilegio su lectura y el placer de leer su respetable comentario.
Abrazo y buenas vibras querido escritor.
¡Muchas gracias y mis cordiales saludos!
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