NO ES UN POEMA.

Nkonek Almanorri

El miedo se expande, más aún.

Éste ya no es mundial, tampoco internacional,

y menos aún ya nacional: 

Es propio, es natural, cercano.

La gente hereda libros, los reciben

como regalos y, claro, no

quieren tirarlos pero

tampoco tenerlos

en casa.

 

Al igual que existen Clubes de Lectores en mi entorno cercano existe también un Club de escritores desde hace ya dos años, lo componemos una serie de personas, mujeres y hombres, que estamos entre los 42 y 67 años y tenemos por costumbre ir escribiendo temas sin exigencias concretas salvo la de que sean bien escritos, contenidos variados y que de ellos se pueda, una vez a mes y previa lectura, sacar conclusiones con resultados a tener en cuenta por su interés social; la idea final es una vez al año seleccionar estos escritos, hacer un libro con las mejores aportaciones y entregarlo a la biblioteca pública. Ayer domingo, 27 de julio de 2025, coincidimos tres de estas personas a la hora vermouth dominguero, y hablamos. uno de estos compañeros comentó acerca de los miedos sociales y políticos que cada vez más están volviendo a aparecer en toda Europa como presagio de que algo grave ya está en marcha e hizo el comentario que padecía un compañero: estaba temiendo por de los libros y sus contenidos que tenía en casa. A partir de este pensamiento y sus consecuencias que cada cual controle, o apacigüe, los miedos.

 

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Comentarios3

  • Salva Carrion

    ¿Ese “Club de escritores”, tiene cabida para alguien más, como yo, o bien es cerrado?,
    Si es real, me apunto.
    Gracias
    🍷🍷

    • Nkonek Almanorri

      Es local, compuesto por conocidos de cercanía y, que yo sepa, no hay nadie de fuera de la zona. Nació de la única manera que pueden darse cosas así: por medio de conversaciones de ocasión, se propuso elegir un tema cercano, escribir sobre ello y darle una lectura en el momento en que los primeros en crear la idea se encontraban previa cita en un lugar determinado. Al principio lo que valoramos era el momento, en el hecho de que se había convertido en un acto de reunión y a partir de ahí surgió el interés ya no sólo por el reencontrarnos sino mostrar abiertamente las preocupaciones por asuntos de nuestro entorno. Si aquí fue posible, en tu entorno se puede llevar a cabo.

      • Salva Carrion

        Una iniciativa cultural y genial.
        Me entusiasma la idea. De pequeños gestos surgen grandes obras.
        🍷🍷

      • Santiago Alboherna

        a veces, el miedo, es un mal necesario...

        • Nkonek Almanorri

          El miedo es un catalizador de acción, mediante éste actuamos y nos movemos hacia un lado u otro.
          Gracias por su opinión.

        • JUSTO ALDÚ

          Este texto es una reflexión íntima y colectiva sobre el miedo que acecha en tiempos de regresión, donde el temor ya no es abstracto ni distante, sino doméstico, tangible, personal. La primera parte —breve, poética— condensa en unos cuantos versos una verdad alarmante: el miedo ha dejado de ser noticia global para instalarse en el hogar, en el cuerpo, en la conciencia.

          El miedo a los libros —a sus contenidos, a lo que significan— nos remite a épocas oscuras, a censuras, inquisiciones, hogueras. Pero aquí no hay alarma estridente, sino una preocupación que se desliza con el tono del que charla con amigos en la hora del vermut, y es precisamente eso lo que lo hace más inquietante: la naturalidad con la que vuelve el miedo, como una vieja peste que cambia de nombre, pero no de intención.

          La segunda parte del texto expone el entorno de un Club de Escritores, un pequeño bastión de pensamiento y palabra en medio de este clima incierto. Lo valioso aquí no es solo la escritura libre, sino el propósito de dejar huella, aportar a lo público, resistir desde lo cotidiano con textos que reflexionan sobre la sociedad.

          Este testimonio, a medio camino entre el diario, el ensayo y la crónica poética, nos recuerda que la libertad se defiende también desde el papel, y que la escritura —aunque parezca mínima— sigue siendo una forma de resistencia frente al miedo que merodea los estantes, los pasillos, los cerebros.

          Un texto necesario. Sobrio. Y por ello mismo, potente.
          Saludos

          JUSTO



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