Sombras

Sara Sofia Bocanegra Carvajal

Sombras me rodean cuando pienso en ti,

y me descubro atada

a las ruinas de un jardín

que nunca sembraste,

aunque juraste hacerlo

en la eternidad absoluta.

 

Me pudro en un trozo de tierra vieja,

donde raíces se enredan en mi piel

y mis piernas, convertidas en tronco,

me arrastran hacia un precipicio

donde la única salida

es hundirme más.

 

Respiro polvo,

mientras tú respiras viento limpio,

ese viento que parece hecho

para acariciar tu cabello

y burlarse de mi sed.

 

Tu risa…

es un filo que atraviesa el silencio.

Quiero correr,

pero mis huesos son invierno detenido

en medio de tu primavera despiadada.

 

Los gritos secos se desangran en mi garganta,

arañando mi voz

como uñas en una puerta cerrada.

Quisiera arrancarme la piel

para salir de mí,

para huir de esta cárcel

donde sólo hay espejos rotos

que me devuelven tu ausencia.

 

No entiendo cómo pudiste soltarme

sin abrirte las venas,

sin morir en el intento,

mientras yo me consumo

entre los restos oxidados

de los “para siempre”

que hoy apestan a mentira.

 

Imagino tu cama,

tu sofá,

tu mundo encendido con luces ajenas,

y yo…

feria abandonada,

carrusel oxidado,

ecos podridos donde nadie regresa.

 

Quise ser camino,

pero fui piedra.

Quise ser horizonte,

pero me convertí en muro,

un muro lleno de grietas

donde grabo tu nombre

con la saliva amarga

de mis últimos conjuros.

 

Me falta el aire,

me lo arranca tu olvido.

A veces creo que podré verte

si cierro los ojos,

pero sólo encuentro vértigo,

y un frío que me arranca la razón

a mordiscos lentos.

 

Ahora soy yo,

habitando la grieta,

pudriéndome en sombras,

con la certeza enfermiza

de que tú…

ya no existes,

y lo único que queda

son sombras.

 

-S.S

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.