la otra vida

De repente, una niebla no me deja ver tus ojos café,

solo puedo escuchar tu voz suplicando que yo tenga fe

en volverte a ver en otra vida...

Despierto y veo que no estás conmigo, te has perdido.

Solo veo flores blancas, me recuerdan tu piel nívea.

La niebla otra vez no me deja ver, solo escucho un te amo de tu voz cándido.

Los árboles son muy grandes, ¿o será porque estoy pequeño?

No importa por ahora, solo quiero volverte a ver.

Siento que estás cerca, lo siento en mi pecho. ¡Tengo que correr!

Por fin te encontré en la otra vida.

Otra vez viendo tus ojos cafés, pero con un rostro felino.

Te diría mil palabras, pero esta vez un miau basta.

Vamos, compartamos esta vida y creemos un destino.

Juntos, eso a mí me basta.

Ahora tenemos siete vidas, podemos viajar por el mundo,

subir a los techos y mirar las estrellas, o escuchar cómo nuestro entorno va maullando.

Hay que correr hasta encontrar un lugar donde lo pasemos hablando

de cómo será ahora nuestra vida: si va a ser lenta para aprovechar el tiempo,

o si va a ser rápida e intensa como el gato de Angora.