El silencio también habla,
aunque no alce la voz.
En sus ojos hay tormentas
y en su pecho clama Dios.
Calla no por cobardía,
ni por falta de razón,
sino porque su alma sabia
elige paz, no discusión.
También calla por respeto,
por amor y por temor,
porque honra con su vida
al Dios justo y fiel Señor.
Guarda palabras tan hondas
que el mundo no comprendería,
y en su quietud se esconde
una fuerza que no se veía.
Es madre, amiga, guerrera,
es refugio en el dolor.
Aunque no diga una letra,
habla fuerte su valor.
No grita para que escuchen,
ni reclama su lugar.
Solo espera que la vida
le dé tiempo de sanar.
Cada pausa que ella ofrece
es un clamor en oración.
Dios recoge su silencio
y lo vuelve redención.
Si un día ves que no habla,
no pienses que es debilidad.
Es la voz de su coraje
vestida de dignidad.
Así es ella… tan callada,
pero el cielo oye su hablar.
Porque el silencio de una mujer
tiene poder celestial.
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Autor:
☼ G U E R R E R O ☼ (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 26 de julio de 2025 a las 23:31
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
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