Regaba la tierra la sangre hispana,
acongojada por la rabia ciega
de un inhumano enemigo traidor
que se alza cruel entre las rocas,
dormida la vieja furia española
que asombró a la vieja Europa.
En los cauces muertos de secos ríos,
emboscado enemigo cobarde y ruin,
despiertan el sonido claro del clarín
y la furia de los sables de Santiago.
¡Nuestra raza no ha muerto! ¡Cargamos!
Que la bravura no se ha olvidado.
La hora de la traición ya ha llegado,
más allá de toda esperanza y anhelo,
y ángeles lloran furiosos en el cielo,
Llegará la hora de la venganza, se clama,
y mujeres piadosas rezan por sus almas,
la traición de Monte Arruit será vengada.
Clamarán etéreos clarines eternos,
guiados por Santiago y San Fernando,
con la brutal furia ciega del averno,
¡Alcántara! Te seguiremos recordando.
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Autor:
Garo de Hasta (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 26 de julio de 2025 a las 18:07
- Comentario del autor sobre el poema: A la memoria de los fallecidos en el Desastre de Annual
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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