AVISO DE AUSENCIA DE JTigre
Hay momentos en qué me ausento pero siempre estoy escribiendo a no ser que tenga un bloqueo, sucede más porque el celular se daña o algo concerniente a la tecnología.
Hay momentos en qué me ausento pero siempre estoy escribiendo a no ser que tenga un bloqueo, sucede más porque el celular se daña o algo concerniente a la tecnología.
De tanto pensar en aquella
que no supe nombrar
más que ángel.
Hoy estoy solo,
y no diré “de nuevo”,
solo diré igual.
Pero ella vive en mi mente:
no existe,
pero está allí…
allí,
en una carpeta de salón,
siendo como es.
Luego parto,
en busca de estrellas,
a pedir auxilio,
y ella —a lo lejos—
llora,
mirando cuánto
quiere ser amada.
Y yo,
tan cerca y tan ausente,
le digo que la amo.
Pero no me escucha.
Quizá mis oraciones
solo sean para no estar solo,
o quizá la mitad de mi ser
murió en aquel
último diciembre.
Pero tengo las manos llenas de cariño,
sí,
de la misericordia del viento
que presta oxígeno
para vivir un día más,
de ese Creador
ajeno a mi entender.
“No sé” —me dije aquel día—,
día en que lloraba
durmiendo
en su amanecer.
El viento soplaba
con su frío,
abrigaba
con su indiferencia.
Ese
era momento de paz.
Quizá no entendía,
cuando me topaba con ella,
que era mi destino,
mi camino,
pues las pupilas empañadas
enceguecían
mi visión de ti.
Ella ahora viene sonriendo.
Ya encontró quien la ame,
y más que eso:
le dio nueva vida.
El patio del colegio está lleno,
y mi casaca
roja y azul
no es más que una bandera
de existencia
del ser más invisible del mundo.
Suena a música triste…
o es que las lágrimas
se asoman
sin entender
que la veo,
y ella no sabe
que la amaré.
Cuando llegue otra vez abril,
me esperará,
y yo,
deseando no morir solo,
conoceré a Dios en su boca,
y con el corazón
aceptaré
que la luz del día
vuelve su voz a sonar.
Resuenan los versos
que dicen
que estoy aquí para ti,
el que te ama.
Y entiendo:
no fue un ángel,
sino el ser divino
que me puso en tu camino
para ser amado
y para amarte
para siempre,
aunque ese siempre
sea corto
por mi frágil vida.
Pero estaré allí para ti,
y me verás.
Y Dios vive
y está entre los dos.
¿Somos tres?
Vive dentro su voz…
y ya somos uno.
Y vienen los días
en que seremos más,
y más amor
para dar.
Autor: Jeyson Barreto Alvarez
Tigrepoeta
-
Autor:
Tigre (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 26 de julio de 2025 a las 00:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
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