Soneto a Dayana que se hallaba en un prado lleno de flores

Fabio de Cabrales

Entre tus hermanas te ves contenta,
de sus dulces aromas rodeada
y por ellas, tu perfección cuidada
por si una envidiosa atacarte intenta.

La belleza de ellas se te presenta
si las toma tu mano delicada.
¿No son ellas, acaso, ante ti, nada
y menos que tu belleza violenta?

Bellas son hoy; han de morir mañana
con la alegría que le dan al prado
que de su temprano final advierte.

Pero tú, de las flores la tirana,
vivirás, aunque el día haya acabado,
y aun muerta embellecerás a la muerte.

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