Se extingue el día sin consuelo,
un último fulgor titila,
la brisa arde, pero vacila,
el cielo es cárcel de terciopelo.
Los rostros huyen por rutina,
la sombra aprende su lenguaje,
y el alma, en su dorado viaje,
se desdibuja en la neblina.
No hay manos, voz ni calendario,
solo una luz que se retira,
una promesa que no gira,
y un yo sin nadie, necesario.
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Autor:
Cronista sin puerto (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 23 de julio de 2025 a las 00:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa, Henry Alejandro Morales, EmilianoDR, • Poemas del ㄥobo •
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