La Concha y la puerta

William26🫶

La concha y la puerta que da al mar
por Wcelogan

> “Biografía hecha poesía.
Quien lea, que se zambulla sin mapa.
El mar guarda cosas que no deben abrirse... o sí.”
— Wcelogan

 

Caminé por la baldosa marina,
con los bolsillos llenos de espuma
y una caracola en cada pensamiento.

El aire sabía a hierro mojado
y a resaca de olvido
golpeando las rocas de mi historia.
Nadie hablaba.
Los cangrejos escribían cartas con sus patas del pasado
y las enterraban
donde nadie se mece
en esa hamaca del abandono.

Me detuve.
Tropecé con una concha
deforme,
y escuché
demasiadas guerras
y demasiadas cicatrices.

Tenía grietas.
Tenía sangre.
Ánimas en el andén de la esperanza.
Tenía un ojo que no era suyo
y recortes de un periódico sobre el hundimiento del Titanic.

La levanté,
y detrás de ella —como un secreto salino que decía: “Nunca abrir”.
Una puerta diminuta,
hecha de sal petrificada
y charcos secos
con olor a orina de bar clausurado.

La abrí curioso y osado
y el mundo cambió de idioma.

El cielo era líquido.
Los peces cantaban en acentos dulces.
Las gaviotas sabían callar.
Y había niños flotando
con coronas hechas de medusas
y miradas de pez.

Una ballena me ofreció un shot de aguardiente.
Un faro me guiñó desde dentro de una ola.
Una ola me pidió que no volviera.

—Aquí no hay cronómetros que midan el tiempo —me dijo—.
—Aquí los días se doblan como la teoría de Einstein.

Una sirena ciega tejía nombres
con algas que brillaban solo cuando alguien lloraba
y se arrancaba el alma
como quien se quita la ropa que arde en otra piel.

Más adentro,
en un arrecife partido por la mitad,
había una abuela dormida
con un rosario de dientes de tiburón.
Soñaba con trenes
que nunca llegaron a la estación,
esperando a Julio Verne.

Y más adentro todavía,
donde el mar ya no tenía fondo
ni límites,
vi algo que no sabré cómo nombrar.
¿Un dios? ¿Un recuerdo?
¿Una raíz que flotaba?
¿Una madre sin voz
cantándole al hijo
que se volvió burbuja
en un cuento de Las mil y una noches?

No tenía miedo.
Allí el miedo se evaporaba
como la lógica en los sueños
de un infante dormido.

Vi a mi padre joven
caminando en reversa,
persiguiendo una cometa
hecha con retazos
de una lengua extranjera
que solo yo entendía.

Vi mi sombra sin cuerpo
mirándome con ternura.
Vi una carta que nunca envié
flotando cerrada
en una botella de ausencia a la deriva.

Entonces entendí.
Era otro mar.
Otro mundo.
Otro modo de respirar.

Me quité el nombre.
Me quité la prisa.
Me quité el miedo al silencio.
Y me quité el óxido del rencor.

Y me senté a escuchar
lo que
las conchas no dicen
cuando están cerradas y no deben abrirse.

Y me quedé en el hoy.
Porque nadie vuelve
de donde, por fin, se reconoce
que no debe volver otra vez
a una tempestad que ya amainó
hace tanto tiempo.

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La que rompe el canasto🍎
por Wcelogan

 

“La perfección es prisión del verso. Solo la mancha guarda el alma.”
— Wcelogan

 

Ya no brillaba.
No tenía cáscara perfecta.
No tenía perfume dulce.
No tenía filtro.

Tenía mancha.
Tenía herida.
Tenía historia.
Tenía desorden.
Tenía verdad.

Y no rimaba con “caricia”
ni con “tarde de abril”.

Era solo una manzana.
Pero no del montón.
No del escaparate.
No de la que se ofrece.
De la que se cae.
De la que se pudre.
De la que se queda.

La vi salirse del canasto,
rodar por el suelo,
burlarse del equilibrio,
chocar contra el polvo
donde la poesía respira sin maquillaje.

La poesía que vale la pena
no se pone en fila.
No se barniza.
No se mide.
No se calla.
No se vende.
Se lanza.
Se revuelca.
Se descompone.
Se fermenta.

Pero ustedes —
los del corazón automático,
los del verso tibio,
los del “ojos de estrella”
copiado de la constelación del algoritmo—
¿por qué no la miraron?

¿Les incomodó la mancha?
¿Les asustó la herida sin sílabas?
¿El poema sin etiqueta?
¿La carne sin congelar?
¿El latido fuera del cuerpo?

La dejaron ir,
como polvo barrido
debajo del verso.
Como si no tuviera boca.

Pero fermenta.
Oxida.
Renace más ácida.
Más real.
Más útil.

No todas las frutas quieren ser postre.
Algunas estallan.
Algunas rasgan.
Algunas sangran.

Y cuando muerdas,
aunque ya no queden dientes,
te vas a acordar:

aún hay boca.

  • Autor: Wii (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de julio de 2025 a las 00:02
  • Comentario del autor sobre el poema: La poesía que sangra, que fermenta, que incomoda. En términos literarios, es oro.
  • Categoría: Fantástico
  • Lecturas: 14
  • Usuarios favoritos de este poema: Jaime Correa, El Hombre de la Rosa, Carlos Armijo Rosas ✒️
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Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Fantastrico y genial tu hermoso versar, gracias
    Recibe un abrazo de Críspulo Cortés
    El Hombre de la Rosa



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