Otórgame la voz con la que sedujo al ángel, más pura que la luz hecha agua y más débil que la lágrima de un querubín. Dame la vida que fue muy aparte de mi madre; corta ese arte de distancia de tus labios y hazle corte a mi castidad. Establece mis horas diurnas.
Extinta mi razón, no otorgaba la prudencia de tus besos; y en la copa de vino impregnó mi elixir de vida por el fino acto de tu ingesta labial.
Amada mía, que anulas mis sentidos sin hacer más que nada, tú que nada haces, y todo lo haces en mí, sentencias mi poema con tu sola presencia. Sentencias mi vida, rompiendo el flujo de mi respiración.
Condéname al final de mi vida, pero que tengan que ver tú y tus besos para llegar al cielo de tus ojos y al universo de tu ser.
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Autor:
Eros Corzo Camacho (
Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2025 a las 17:22
- Categoría: Amor
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa, Pilar Luna
Comentarios1
Fantastrico y genial tu hermoso y versar, muchas gracias
Recibe un abrazo de Críspulo Cortés
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias por tus palabras, un saludo desde Lima Perú!
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