El vaquero que Sheriff fue

Adoradom



A caballo marchaba,

Por un desierto,

Con montañas,

Arbustos y cactus,

Largo camino llevó,

Sin destino alguno,

Tan solo,

Donde me llevé,

Allí iré,

Indios me observan,

Armados con rifles,

Arcos con flechas,

Y hachas,

Continuo mi paso,

Tranquilo y relajado,

Pero vigilante,

Llegando a unas vías de tren,

Continuando camino,

Pasando el tiempo,

En varios días,

A un pueblo llegué,

Con gente honesta,

Ebrias,

Algunas salvajes,

Y con crecidas de ego,

Que pelea buscan,

Visite la taberna,

Tras atar el caballo,

A la barra me acerqué,

Un vaso de whisky pedí,

A mi lado alguien me observaba,

Armados y ebrios,

Con gana de pelea,

Incomodo estaba,

A la vez que tranquilo,

Y una habitación solicite,

Y tras comer,

A mi habitación me ausente,

Lejos del bullicio,

Se respiraba paz,

En aquel lugar,

Al descanso invitaba,

Y en la cama me tumbe,

Un golpe en la puerta sonó,

Tras preguntar su identidad,

Nadie contesto,

Un largo rato paso,

Hasta que otra llamada sonó,

Levánteme y abrí,

Allí había una linda dama,

Golpeada en su ojo derecho,

Y el labio sangrando,

La invite a entrar,

Y le limpie la sangre,

Hablamos,

Y se me abrazo un largo rato,

Dormida se quedó,

Ella en la cama se quedó,

Y yo en el sofá,

Por la mañana,

Al despertar,

La mujer se asustó,

La tranquilice,

Mientras la tranquilizaba,

Dijome que conmigo se quería ir,

Que matarla quería,

Un ogro malvado,

Que mal la trataba,

Y vivir no la dejaba,

Encerrada a diario,

La golpeaba,

Cuando la gana le daba,

Y cuan tuvo ocasión,

Se escapo,

Terminando en su habitación,

Mi corazón sensibilizo,

Y acepte,

Quería sacarla de ese mundo,

Desayunamos,

Y al bajar a pagar,

El ogro estaba allí,

Retándome a un duelo,

No me negué,

Y a la calle salimos,

Frente a frente,

Estábamos,

Con el sombrero,

Sobre los ojos,

Comenzamos a acercarnos,

Hasta parar a cierta distancia,

En la ventana ví,

Que la chica estaba llorando,

Mi corazón pedía venganza,

Llego el momento,

El reloj de la torre,

Las 12:00 marcaba,

Dos disparos sonaron,

En el pecho del ogro,

Mi bala se incrustó,

La muerte produciéndole,

Y herido termine en un hombro,

Nada serio,

La chica bajo,

Y se me abrazo,

E incluso,

Un beso en los labios me dio,

Y a la habitación me llevó,

La herida me sano,

Pasados unos días,

Y ya recuperado,

En su casa estaba,

Con ella viviendo juntos,

Una fama se creó,

En mi entorno,

Al que mate,

Tenía atemorizado al pueblo,

Y nadie se atrevía con él,

Hasta que llegue yo,

Me nombraron Sheriff,

Y la paz volvió al pueblo,

La gente con más seguridad,

Andaban y saludaban

Cuando conmigo se encontraban,

Aquel momento,

Traje la paz,

Y el evento por doquier,

La voz se corrió,

Ningún delincuente apareció,

Y todo tranquilo se quedó.

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