EL BASTÓN DEL CIEGO

El Corbán



El día en que el ciego ganó la mirada,

arrojó su bastón con desdén desde el alba,

lo hundió en el abismo de sombra olvidada,

sin honra, sin pena, sin canto, sin palma.

Así son los hombres, de entraña trocada,

que olvidan el lecho que antaño les calma.

 

Bramaba la lluvia, dolía el abrojo,

mas fiel el bastón en su fiel soledad,

le dio su consuelo, su pulso, su antojo,

su guía en el lodo, su débil piedad.

Mas vino la luz, y en súbito enojo,

se hundió su memoria en la ingrata verdad.

 

Oh vano el auxilio, si al fin lo desdeñan,

si el alma se eleva, mas mata su ayer,

si el pecho que salva, después lo desdeña,

y olvida en su gloria quien supo doler.

Que ingrato es el mundo, que altiva es la enseña

del hombre que asciende tan solo por ser.

 

Mas juro en mi canto que aquel bastonero,

aun roto y yerto, fue más caballero.

 

Y a ustedes, mis amores, retoños del alma,

no os turbe la hiel de la humana aridez,

que aunque el mundo pague con sombra la palma,

no es noble el que ama por simple altivez.

Seguid dando fuego, ternura y la calma,

pues nunca la ofensa justifica el revés.

  • Autor: El Corbán (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de julio de 2025 a las 16:47
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 2
  • Usuarios favoritos de este poema: MISHA lg
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