CARGA
En la madrugada sin nombre ni café,
se alzan los cuerpos antes que el sol,
con la espalda doblada desde ayer,
y los brazos ya vencidos por el peso.
Botas húmedas pisan el barro del deber,
callos como mapas en las palmas abiertas,
el sudor no es poesía: es salario en gotas,
es jornada contada en costales y dolores.
No hay gritos ni látigos, solo decisión,
uno se parte el lomo por no fallarle a los suyos,
porque rendirse no cabe en el pecho de un padre,
y la toalla no se lanza cuando hay hambre en casa.
La casa espera, pero no siempre consuela,
a veces el amor también está cansado.
Los hijos duermen sin saber del martirio
que sus padres cargan con pan y silencio.
Y así, día tras día, sin cámaras ni aplausos,
la rutina es un yugo que no sale en las noticias,
pero en cada músculo queda tallada la historia
del que sostiene el mundo... y no se rinde.
© Corazón Bardo
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Autor:
CORAZÓN BARDO (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de julio de 2025 a las 23:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., corazónbardo, EmilianoDR
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