Fumas el cigarro,
Que encendiste con mi chispa,
¿No te parece raro?
Se fue y no dejo pista.
Ya transcurrió un rato,
Así que lo apagas en mi piel,
Eres el mejor ingrato,
Luna es de tabaco y no de miel.
Inmóviles las oscuras rodillas,
Con las que alguna vez llegué a correr,
Se han convertido en cajetillas,
Pero el humo no te deja ver.
Me lanzas una, dos, tres bocanadas;
Toses, te ahogas, me lastimas;
Te mando un, dos, tres besos;
Me insultas, los rechazas, te suicidas.
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Autor:
Aius (
Offline)
- Publicado: 16 de julio de 2025 a las 21:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, Roberto D. Yoro, Mauro Enrique Lopez Z., Tommy Duque, Poesía Herética, EmilianoDR, ANGHELUZ.
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