Me temblaban las rodillas,
las caídas me dolían,
pero vos ibas detrás
sosteniendo mi alegría.
Con tu voz como un abrazo
me empujaste hacia el intento,
y aunque el miedo me apretaba
creíste en todo momento.
Porque hay que soltar
para vernos volar,
porque nadie crece
sin un poco de soledad.
Con los ojos llenos
de ese amor que no se va,
soltaste mi miedo...
y empecé a pedalear.
No dijiste que te ibas,
solo aflojaste la mano,
y yo descubrí en el viento
que el amor va acompañando.
Hoy que miro hacia mi infancia
y sostengo otras espaldas,
sé que el amor verdadero
no se queda: da las alas.
Porque hay que soltar
para vernos volar,
porque el que nos cuida
también nos deja avanzar.
No hace falta estar
si enseñaste a confiar,
yo te llevo adentro…
cuando empiezo a pedalear.
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Autor:
Vasca (
Online)
- Publicado: 16 de julio de 2025 a las 15:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Lualpri, Peregrina
Comentarios1
Muy bello poema, querida Vasca.
Como siempre, gracias!
Muchas gracias, querido Luis
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