Hace muy poco en que volví a verte,
Llevabas una mirada muy dulce como si fuera tu vestido,
Y un cabello negrísimo como la noche más hermosa de invierno,
Te miré por tres segundos y te dije algo que mi memoria no recuerda,
Era el sólo pretexto de querer leer tus palabras antes de ser pronunciadas,
Y me miraste, y me sentí tan nada,
Como la caricia de un acordeón en aguacero,
Pero no dejé de mirarte, a veces a lo lejos y otro tanto a un par de metros,
Y te confieso que hubiera dado una parte de mi vida por respirar un poco de tu aliento.
Te vi por primera vez, aún cuando ya te conocía,
Y es que en mis sueños tú vivías, mucho antes de verte ayer,
Conocía tus sonrisas amables y tu respirar tan quedo,
Supe como escuchar, lo silencioso de tus palabras,
Porque he de decirte, que tu voz es una melodía que nace desde el Alma,
Una caricia de rosal sobre la piel de mis entrañas,
Aquellas que te ven, que te sienten… que te extrañan.
Desde hace un día no he podido olvidarte,
Quizás porque te has ido, quizás porque aún, no nos llega el mañana,
Recuerdo el color almíbar de tu piel, ese hermoso brillo de canela fresca,
Y recuerdo mirarte a muy poco de lejanía,
Y no pude ocultar –sin reparo- que ya pronto te marcharías,
Pude haber imaginado, que tu figura podía haber sido, delicadamente esculpida,
Pude haber reparado, que eras el sueño perfecto, en esta febril travesía,
Pude haberme dicho que tenías el cuerpo tan hermoso,
Como el de un rosal sin espinas,
Pero sólo me quedé viéndote, y enamorándome en silencio;
Ya la hora transcurría y ambos debíamos salir,
Sin saber del otro hacia donde iba,
Y yo, salí sin prisa y con lamento, sin evitar mirarte más de cerca,
Y quise decirte algo, y quise quedarme a tu lado, y quise… no lo sé…
Quizás tú también lo habrías querido,
Que me quedara un instante para haberte dicho algo… más me fui;
Ya nos distanciaban diecinueve pasos,
Y no resistí la presión de mi extraña agonía,
Y volví hasta tu lado para preguntarte, si algo de decirte me permitías,
Y me dijiste dulcemente: si claro, Usted me diga…
Pues sólo para decirle, que era tan pero tan hermosa, que me alegró el día,
Me miraste, sonreíste, y te sentiste agradecida…
Y quizás, sólo quizás… aquella no fue, una despedida.
-
Autor:
Alejandro Iza (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de julio de 2025 a las 00:21
- Comentario del autor sobre el poema: Que es sentir Amor? creo que es aquella dulce sorpresa que nos envuelve y nos ilimita a sentir, a dar sin esperar recibir, a soñarsin saber como acabará aquel sueño, pero... que ganamos si no arriesgamos? que perdemos si no nos arriesgamos?Amary enamorarse estan ligados como cordón umbilical al pequeño que va en tu vientre... en tu corazón... y entónces es cuando lo alentamos a vivir, lo alimentamos, lo cuidamos... y lo atesoramos...\r\nGracias mil por permitirme volver a compartir con Ustedes un poco de mis humildes letras.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.