🐉TIMIDEZ🐉

{TimideZ}

Por Jorge Aguilera

Hoy se siente más caliente de lo usual, creo que hasta mis palmas están sudando más de lo normal cuando te veo llegar. Nos conocimos durante un pequeño terremoto en San Francisco, en lo que puede ser el día más hermoso y aterrador para ambos. Sí, ahí estábamos sostenidos del semáforo en la calle Jackson. Cuando los edificios se empezaron a sacudir, como perro mojado, desplomando pedazos de concreto y tumbando al suelo mi valentía. Sin conocernos, nos sostuvimos uno al otro mientras la tierra hacía su terror y en un futuro su preciosa magia. En realidad sí sentí pánico y mucho miedo, pero al mirar tu cara también de temor, algo en mí despertó el deseo de ser audaz. Mi sangre ardía y una adrenalina me pegaba y corría fuerte como un impulso de volcán estallando en mi pecho. Ese día, estando a tu lado, también vibró mi corazón por ti y el querer protegerte. Con mi cuerpo cubrí el tuyo y lentamente te decía, que en unos segundos pasaría todo esto. Alrededor se miraban las linternas chinas que se balanceaban como ondas empujadas por una corriente. Un dragón rojo se deslizaba por el viento y se atoraba en unos cables de electricidad, causando chispas y truenos que me aturdieron mis oídos. En la avenida se miraba el polvo, y en mi pelo caía decoración de confeti dorada. Por fin el suelo se tranquilizó y los dos nos paramos, y a pesar de que ya todo había terminado, no dejabas de sostener mi mano. Y por fin supe el nombre, donde, junto al mío, se anotaría en un corazón en San Valentín al siguiente año. Ya ha pasado tiempo de ese momento. Ahora, mis rodillas tiemblan cada vez que me besan tus labios y he notado que tu mano tiene un ligero temblor cuando te sostengo de tu cintura, pero no por aquel día sino porque aún nos ponemos nerviosos.

Libro de poemas de amor y vida

Capítulo 117