MI PEQUEÑO PARAÍSO

MI PEQUEÑO PARAÍSO

Hoy me he levantado con ánimo optimista.

Influye que me encuentro en mi lugar de descanso, en plena Naturaleza donde mi pequeño  mundo toma otra perspectiva.

Nada más despertar, he visto desde mi ventana cómo las crías de una familia de pájaros que ha anidado en mi balcón han empezado a hacer sus prácticas de vuelo.

Estos pequeñines han estado dando vueltas y vueltas en círculos, supervisados por la mirada atenta de sus padres, bajo un sol radiante que empezaba a hacerse camino entre una espesa y blanca niebla.

He sentido una gran ilusión, pues es alentador sentir cómo la vida se expande a nuestro alrededor, haciéndonos partícipes de tanta belleza.

A medida que se ha ido disipando la niebla, se ha empezado a descubrir, poco a poco, la vista de las montañas que nos rodean cubiertas por inmensos bosques de hayas y robles, que les dan diferentes matices de verde.

Por encima de ellas, se han empezado a ver águilas y aguiluchos sobrevolándolas en círculos, emitiendo sus característicos graznidos.

En contraste, se ha avistado un helicóptero sobrevolando nuestro espacio rompiendo, momentáneamente, el silencio con su sonido atronador.

En este mismo momento, el calor está empezando a hacer acto de presencia.

Menos mal que corre una agradable brisa moviendo rítmicamente las hojas de los árboles y los pétalos de las flores del jardín, esparciendo un conjunto de aromas a frutales, aromáticas y diversas flores.

En una casa cercana a la nuestra, se oyen las voces risueñas de los niños jugando en la piscina de su jardín, los ladridos de los perros alertando del paso de algunos transeúntes, el piar de los pájaros, el sonido de las hojas de los árboles, y tantos otros.

Algunos familiares y amigos acaban de llegar para desayunar.

Ya empiezo a oler el café y el té que están rompiendo a hervir y el pan recién tostado.

Me siento feliz de encontrarme inmersa entre tanta belleza y tanta armonía.

Es uno de esos días que se quedan grabados en nuestra memoria.

Nelaery.