MARCA ETERNA

Karlos Andrés

Quisiera marcar tu piel encendida,
como un fuego que arde y nunca se olvida,
sellarte con besos, con hambre, con arte,
dejar en tu cuerpo mi huella en cada parte.

 

No busco un adiós, ni promesas al viento,
quiero escribirte con cada movimiento,
grabarte en el alma, bordarte en el pecho,
que seas mi templo, mi guerra, mi lecho.

 

Tu cuerpo es un mapa que ansío explorar,
mi lengua es la llama que quiere tatuar
el gusto, el deseo, la fiebre, el gemido,
un pacto de piel, de pasión sin olvido.

 

Como un trébol ardiente nacido en tu suelo,
mi amor es fortuna, es destino, es anhelo,
y en cada caricia que roza tu flor,
te marco en la entraña, te siembro mi ardor.

 

Quisiera sellarnos con furia y ternura,
una marca invisible, profunda, segura,
que grite al tocarte: “Él ha sido el dueño”,
que en cada latido reviva el empeño.

 

No existe en el mundo ni tinta, ni ley,
que borre mi marca grabada en tu piel,
porque esto que arde no tiene final:
es deseo salvaje, es amor inmortal.

 

Ser tuyo, ser mía, fundidos los dos,
marcados por dentro, bañados de voz,
un lazo de fuego que nadie deshace,
mi nombre en tu carne, mi alma en tu trance.

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