En los jardines donde el aire se hace seda,
y los cipreses guardan secretos milenarios,
una ninfa de luna, sin velo ni prenda,
emerge entre los sueños de los patios.
Sus ojos, lagos de obsidiana líquida,
reflejan el eco de arcos y columnas.
Su piel, pergamino de luz y de intriga,
se funde con la bruma de las dunas.
Entre los surtidores, su risa se desgrana,
perlas de agua que el sol no ha de tocar.
Sus cabellos, algas de una fuente lejana,
flotan en el tiempo, sin principio ni final.
El Patio de la Acequia, un espejo partido,
multiplica su forma, etérea y fugaz.
Cada gota que cae, un suspiro encendido,
un amor que, en el tiempo, no encuentra paz.
Ninfa de la Alhambra, visión inasible,
desnuda en el umbral de lo irreal.
Un sueño tallado, un instante invisible,
en el corazón de un jardín ancestral.
¡La transparencia de la Alhambra, la vida de la acequia, el color de las flores!
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Autor:
Leoness (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 12 de julio de 2025 a las 13:55
- Categoría: Amor
- Lecturas: 1
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