Dolor primaveral

 Desesperado y sofocado por el miedo a que me abandones, mis espinas punzan con furia aquellos delicados y carmesíes pétalos. Mis raíces, exhaustas, brotan con ímpetu hacía la húmeda y nostálgica tierra, con afán de gritarle al viento lo que hoy callo y mí corazón oculta, pero las palabras no cesan. Mi tallo, quebracho, aunque aún conservando la delicadeza de su fibra, se retuerce bajo el pigmento que fluctúa del capullo.
 La hibridez de mi sentir desconcierta mí corazón de esencia temerosa. Tu llegada fue un alivio y un tormento, de igual forma que, como rosa en primavera, florecieron el dolor y los recuerdos efímeros.
 Hace frío aquí fuera, y la escarcha -tan delicada como hostil- me hiela. Y yo, aún busco una respuesta a las dudas que carcomen mi mente: ¿Quién soy? ¿Quién fui? ¿Quién seré? ¿Quién sos?