Él, refucilante y marchito, la rosa que persiste en la saudade del invierno, suspirando la tierra nostálgica, más no por el perfume húmedo, sino por la memoria que la hiela. Los pétalos embadurnados de su alma caen lentos, al compás de sus espinas; la angustia, francamente eterna, no cesa. “¿Por qué te has marchado?”, susurra en el taciturno de la noche, sin hallar respuesta que apacigüe el eco de su ausencia.
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Autor:
Lucas Porter (
Offline)
- Publicado: 11 de julio de 2025 a las 19:32
- Categoría: Amor
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Roberto D. Yoro
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