No había nadie en el ayer
sin motivos para regresar,
no existía ninguna mujer
ni sentimientos para amar.
No había nada en que creer
ni había nadie para hablar,
vacío como dentro de mi ser
sin motivos para poder llorar.
No había nada para perder
ni nada para poder ganar,
ni una sombra que temer
ni una llama que apagar.
No había un secreto para saber
ni un milagro que esperar,
ni una pena que contener
ni un nombre para gritar.
No había nada en mí ayer
nada que me invitara a imaginar,
ni un motivo para volver
¡Por qué yo he aprendido a olvidar!
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Autor:
Jorge L Amarillo (
Online)
- Publicado: 11 de julio de 2025 a las 12:21
- Categoría: Triste
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge L Amarillo, Mauro Enrique Lopez Z.
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