En un bosque donde el viento no sopla,
y las hojas vuelan sin tocar el suelo,
habita un árbol que guarda secretos,
y en sus ramas, luces que nunca se apagan.
Los duendes de cristal cantan en la sombra,
mientras las flores bailan con fuego frío,
y en el aire flotan espejos invisibles,
que muestran mundos que nadie vio.
Un río de plata corre hacia el cielo,
y las estrellas bajan a beber su brillo,
los sueños se hacen pájaros de luz,
y vuelan sin miedo, sin rumbo fijo.
Allí, un niño con ojos de luna,
abre sus manos y toca la magia,
porque en ese bosque fantástico y callado,
todo lo imposible es realidad.
Pero cuidado, viajero, no te pierdas,
en el rincón donde el tiempo se esconde,
donde las sombras juegan a esconderse,
y los susurros son voces de mundos ocultos.
Allí el misterio es rey y guardián,
las criaturas se esconden tras el velo,
y la aventura llama con voz de trueno,
invitando a cruzar el puente de sueños.
Un lobo de fuego custodia el paso,
con ojos de chispa y aliento de bruma,
su mirada es prueba para el valiente,
su rugido, canción de las estrellas.
Si tu corazón late sin miedo,
la puerta se abrirá en un suspiro,
y un mundo de maravillas y enigmas,
se desplegará ante tu destino.
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