Añoranza
En la quietud de la tarde, cuando la luz se despide,
conservo tu presencia, suave luz que me guía.
Tu mirada, brújula en mi senda vacía,
alumbra cada paso en la noche sombría.
En mi pecho habitan ecos de tu forma querida,
melodías calladas que animan mi vida.
Cada parte de mí añora un rumor perdido,
en rincones del tiempo tu alegría ha vivido.
Tu sonido, brisa fugaz en campo dormido,
se esfuma entre mis manos, tesoro no asido.
En este vacío inmenso, tan hondo y sentido,
tu falta se transforma en dolor no vencido.
Pasan años y meses, hojas caen al suelo,
pero mi cariño es luz que no se apaga.
En el alba tranquila, en el ocaso lento,
en gotas que resbalan al traerte a la mente,
serás el sentimiento constante y presente,
que mi pecho atesora eternamente.
—Luis Barreda/LAB
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Autor:
Luis Barreda Morán (
Offline)
- Publicado: 10 de julio de 2025 a las 01:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Roberto D. Yoro
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