Un Hilito

¿Cuál fue la última canción que te transportó a un recuerdo mío, resonando en lo más profundo de tu ser? ¿Fue una melodía nostálgica o una letra que, sin querer, dibujó mi imagen en tu mente?

¿Habrá ocasiones en que mi nombre se escape de tus labios, apenas un suspiro, un eco de lo que fuimos o pudimos ser? Me pregunto si esos susurros son anhelos silenciosos, confesiones que ni tú mismo te atreves a pronunciar en voz alta.

Me pregunto, con el corazón en la mano, si hay días en los que mi ausencia te pesa más que otros, si hay momentos en los que el vacío de no tenerme cerca se vuelve insoportable. ¿Será que la soledad te empuja a buscar mi recuerdo, a revivir instantes compartidos que ahora parecen tan lejanos?

Sin previo aviso, irrumpes en mi mente como un ráfaga de luz, una explosión de memorias y sensaciones que me envuelve por completo. Es en esos momentos de conexión inexplicable, de sintonía silenciosa, que creo firmemente que tú también estás pensando en mí. Es el vínculo inquebrantable que nos une, ese hilito invisible pero poderoso que se niega a romperse, a pesar de la distancia, a pesar del tiempo, a pesar de las circunstancias. Es la certeza de que algo más allá de lo tangible nos mantiene unidos.

Es esa fuerza arrolladora, esa musa indomable, la que me impulsa a escribir de ti, a plasmar en palabras cada sentimiento, cada pensamiento, cada recuerdo que tu existencia despierta en mí. Mis versos son un tributo a tu presencia en mi vida, una forma de mantenerte cerca cuando la realidad nos separa.

Y es esa misma fuerza, ese magnetismo inexplicable, la que te trae aquí, una y otra vez, para leer mis versos. Como si una cuerda invisible tirara de ti, te acercaras a estas líneas buscando una conexión, un reflejo de tus propios sentimientos, la confirmación de que este lazo es real, que esta historia aún no ha terminado de escribirse.

Somos ese secreto que guardamos celosamente, del cual no hablamos abiertamente con nadie, pero que vive y respira en el rincón más íntimo de nuestros corazones. Una verdad tácita, un entendimiento mutuo que no necesita palabras, una complicidad que nos define y nos une en un silencio elocuente.