Te extraño siempre.

Como te he extrañado,  
todos estos años,  
en el silencio de las noches,  
en el murmullo del viento,  
las estrellas susurran tu nombre,  
y mi corazón, cautivo,  
late en tus recuerdos.

Caminos polvorientos,  
donde la risa se tornó eco,  
tu voz, el faro que iluminaba,  
y hoy, sin ti, solo sombras.  

Cada rincón susurra,  
una historia compartida,  
piedras que han guardado  
nuestros secretos,  
nuestro tiempo.  

Mientras los amaneceres,
pintan el cielo de esperanza,  
mi alma viaja entre las memorias,  
buscando tu rastro,  
mil cartas no enviadas,  
un suspiro que nunca se apaga.  

Como el río que persigue  
su destino en la distancia,  
así te llevo, en cada paso que doy,  
en cada lágrima que queda,  
en el abrazo que nunca fue.  

Oh, cómo te he extrañado,  
en cada latido, en cada instante,  
y aunque el tiempo nos separe,  
tu esencia permanece aquí,  
como la brisa que acaricia,  
como el sol que renace  
en cada nuevo día.