LA PUERTA NO SE CRUZA SOLA

El Corbán



Hijos, si alguna vez mi voz se apaga,

grabaos este canto en la entraña más vaga:

el talento, ese brillo que deslumbra al mundo,

es sólo la bisagra de un umbral profundo.

 

La puerta se abre, sí, cuando el don reluce,

cuando el genio alardea y el arte seduce,

mas no os engañéis con la primera gloria:

tras cada umbral hay lucha, no victoria.

 

Quien llega hasta la puerta por su arte innato,

no siempre da el paso firme, entero, exacto,

pues se cruza esa línea con otra armadura:

carácter, que soporta y que perdura.

 

Constancia es el cincel del alma entera,

la que golpea aún cuando nada espera,

la que insiste, aunque el mundo la repudie,

la que sangra, y aun sangrando, no se elude.

 

Buena actitud, hijos, no es sonrisa vana,

es mirar al fracaso cara a cara,

y decir: “Aquí estoy, aún no me he ido,

y aunque caiga de nuevo, no me olvido”.

 

Muchos brillan un día y se diluyen,

pues no tenían raíz, y se destruyen.

Y otros, sin luces, sin oro ni corona,

se alzan porque el carácter los entona.

 

Sed esos. No mendiguéis la recompensa,

no vendáis dignidad por la despensa,

y si el talento os lleva hasta la entrada,

cruzadla con templanza bien forjada.

 

El mundo da lugar al que deslumbra,

pero sólo el que aguanta se acostumbra.

No basta abrir la puerta con la mano,

hay que cruzar el umbral… y ser humano.

 

Y si mis pasos ya no están contigo,

mi voz será tu sombra y tu abrigo.

No olvides que el talento es solo aurora,

y el alma la que cruza y no demora.

  • Autor: El Corbán (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de julio de 2025 a las 12:13
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1
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