DOLOR

Mientras la lluvia no dejaba de caer, aprovechaba esa brecha imperceptible para el mundo, para llorar y así no tener que explicarle a mi ego que sufría, que moría de pie cada vez que recordaba aquel día. Ese dolor fue tan intenso, que aún en mi presente lo puedo recordar, es como si lo filoso del momento aún cercena mi piel y corazón, más solo es esa desgarradora noche que me persigue cuan depredador acecha a su presa.

Siento el dolor, conozco ese dolor, percibo en el viento ese dolor, lo he hecho mío, y como tal, reconozco el verdadero significado del amor, de estar en paz y de ver el mundo con los ojos que tuvieron que ver morir para poder ver con claridad aquel amor puro que se perdió en las hojas caídas del otoño y del ayer.