Por callejones de sombra y de bruma,
camina un alma sin nombre ni hogar,
su lámpara tiembla, la sangre lo abruma,
y el eco le habla de un crimen sin par.
El sombrero alto, la máscara fría,
ocultan un rostro que el mundo olvidó,
pues carga secretos de vieja agonía
que nadie supo y nadie nombró.
La sangre aún tibia dibuja un lamento,
un grito sellado que el tiempo calló,
él sigue las huellas del último aliento
como si el muerto… fuese él mismo yo.
Investiga muertes que el alma comprende,
pues tantas perdió… que dejó de contar,
y cada cadáver su espíritu enciende
con el mismo fuego de no descansar.
¿Justicia o castigo? ¿Redención o suerte?
No hay paz en su senda de duelo y dolor,
más sigue buscando… bajo esta su muerte,
al asesino que un día fue amor.
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Autor:
Miguel Ángel Peñafiel Miranda (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 6 de julio de 2025 a las 21:46
- Categoría: Humor
- Lecturas: 1
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