Donde termina el día

Kenia Arancibia

Tras una larga jornada laboral,
mi cuerpo solo busca descansar.

 

Una extensa ruta desértica me espera
para encontrar reposo en mi hogar.

 

Solo espero de esta ruta larga
un lento y cansador viaje.

 

Pero esta duna nortina me despide
con la belleza de un atardecer inolvidable...

 

Para guardar en la memoria,
para guardar en el corazón.

 

Mi amable árido desierto
envuelve mi extenso camino:

 

grandes y afables dunas montañosas,
cubiertas por una manta algodonada
de camanchaca nortina.

 

Acompañadas por la despedida
de un sol que torna el cielo
en un fuego cálido,
que abraza mi alma con una suave brisa
y me susurra al oído:

“Buen viaje, mi obrero.”

 

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  • Autor: Varen (Seudónimo) (Online Online)
  • Publicado: 5 de julio de 2025 a las 20:49
  • Comentario del autor sobre el poema: Este poema nace desde la quietud del alma que transita cada tarde por las rutas del norte chileno. Es un homenaje a quienes, tras una larga jornada laboral, encuentran en el paisaje árido un consuelo silencioso. El desierto no solo observa: abraza, despide y reconoce la dignidad de su gente. Donde el descanso se vuelve ritual sagrado.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1
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