¡Mente no me traiciones ahora!
¡No disfraces de bueno a un loto marchito!
Que mi corazón ve esperanza,
de que él que lo guía le dé la razón.
¡Mente vuelve a tus sentidos!
Que el corazón es infantil y a veces olvida.
Que a veces añora abrazos de ampolletas,
en vez de buscar al verdadero sol.
Mente, mira al frente.
No bajes la vista o te apiadarás.
Trae de vuelta los dolores de febrero y marzo,
para hacer al corazón razonar.
Mente, te hablo yo, el corazón.
No es que lo extrañe,
es que el aire de junio devuelve recuerdos dolorosos.
Saber de la mentira me duele al palpitar,
y me pongo rencoroso.
Mente, de verdad estoy muy cansado.
Llévate el recuerdo a otro río,
que aquí no da más el caudal.
Mente, de a poco veo el aquenio,
a veces viene y otras se va.
Estamos mejor solos realmente,
no creas que vamos a marchitar.
Corazón vamos de a poco,
soy la mente, ¿cómo estás?
Es imposible no sufrir si te traicionaron,
pero ya es momento de marchar.
Corazón, yo sé que te dolió más el durante,
que ahora el después.
Yo vivía preocupado de no fallar
y por fin puedo respirar.
Corazón mira al frente,
que no queda nada que lamentar.
Tú lo dijiste, son lotos marchitos,
que no vale la pena revisar.
Late fuerte nuestra grande alma,
aún hay mucho amor y sabiduría por dar.
El aquenio comienza a vislumbrarse
y el aura a brillar
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Autor:
Cali (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 5 de julio de 2025 a las 01:35
- Comentario del autor sobre el poema: Este es antigüito!! Pero creo que refleja una dinámica muy universal en cuanto al razonamiento humano; aunque a veces no queramos admitirlo, el corazón se aferra y suelta después que la mente, lo importante creo yo, es siempre dejarles un espacio de diálogo a ambos, ya saben, tal vez toman once juntos y se amigan.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque
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