Subir, trepar por los muros de la vida,
agarrados, fuertes manos para asirnos,
para aprehender, para aprender todo,
para ser mejor un poco a cada rato.
Enganchados, pillados por el devenir,
para ascender por los cortantes días.
Con manos, con pies, con todo el ser,
la vida es una pendiente arriba, abajo.
Con el peso de poder aprovechar todo,
engatusando a todo nuestro alrededor,
aferrados a lo bueno de la esperanza.
A veces sudorosos, otras engarrotados,
en el devenir de nuestra historia propia,
sin saber como atados a nuestro ser.
Subiendo, bajando, siempre nosotros,
mientras jugamos con nuestros vicios,
ese vicio de no querer saltar al vacío.
Entre los huecos interiores y la piel,
moviendo esa vida sin saber como,
desconocida vida que lucha sin fin,
sobreviviendo a todo lo perverso,
en ese aura de intentar elevarnos,
sobrepuestos a las caídas diarias.
Como cabras atadas a la montaña,
en esa roca loca de nuestro pasar,
pillados por ese no saber desistir,
mientras intentamos alcanzar todo.
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Autor:
Carlos Alberto Bustillos (
Offline)
- Publicado: 3 de julio de 2025 a las 14:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
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