No me lloren con palabras limpias,
llórenme con el polvo de los caminos que
no tomé.
Fui un farol sin calle,
una estación sin tren,
una grieta en la máscara del mundo.
Viví como un eco del porvenir,
masticando las sombras del mediodía,
envejeciendo sin pacto,
perdiendo sin ruido,
ganando lo que no se puede contar.
Que los sistemas me declaren inútil,
que los algoritmos me olviden,
pero que un solo búho me recuerde,
que una sola gata me nombre
al cruzar un jardín desierto.
El amor si lo tuve fue errante,
como un zapato en un río.
Y mi fe
una caja de cerillas en el fondo del mar.
No me quiten el sol, ni la noche,
ni el susurro de los que también caen,
seré belleza rota en un banco,
seré silencio que hace compañía.
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Autor:
ubik (
Offline)
- Publicado: 1 de julio de 2025 a las 02:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Texi
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