En San Antero, Córdoba, cada año celebran en Semana Santa el Festival Nacional del Burro, con un concurso donde participan jumentos de condiciones extraordinarias. Un concejal propuso que los dineros recaudados en la competencia tengan como propósito la erección del monumento al burro, al frente de la alcaldía. Y ya tiene listo el panegírico para la ceremonia de exaltación al bronce:
Por fin los racionales acordaron
erigir una estatua al burro egregio,
que fue dignificar las mataduras
ganadas con la enjalma del progreso,
homenaje al esfuerzo comenzado
más allá del antiguo testamento,
aunque el mundo sindique a tu mandíbula
de abrirle el occipucio al primer muerto.
A la altura de próceres y santos,
mandatarios y narcos ecuménicos,
ricachos, magnates y políticos,
subió la humanidad tu monumento.
Con carga y sobernal, en cuatro patas,
a punta de zurriaga y en silencio,
laboras como burro, sin horario,
blandiendo la batuta de los tiempos,
hasta el día en que el plato y la cuchara
le den a tu dolor descanso eterno.
Que perdure tu nombre, aclimatado
al trabajo tenaz sin cobrar sueldo,
en artrítico bronce donde posas
con grave majestad de un académico,
luciendo baticola, tapaojos,
dura cincha de fique y el apero,
con las fauces abiertas al futuro,
¡como dando un rebuzno enciclopédico!
He dicho.
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Autor:
Juan Sebastian Bache (
Offline)
- Publicado: 30 de junio de 2025 a las 15:08
- Comentario del autor sobre el poema: Si los burros pasaran la cuenta, ¡no tendría la humanidad cómo pagarles!
- Categoría: fecha-especial
- Lecturas: 2
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