No todo lo que brilla es alma,
ni todo lo que duele es castigo.
Hay espinas que florecen,
y cicatrices que enseñan caminos.
He aprendido que el silencio
no siempre calla,
a veces grita verdades
que nadie se atreve a decir.
La vida no es recta ni justa,
pero es sincera con los que miran profundo.
No le miente al que se atreve a sentir,
le responde con sombras y luz.
He visto sonrisas vestidas de miedo,
y lágrimas que limpian más que el agua.
He visto almas vacías con ropas caras,
y cuerpos rotos llenos de bondad.
Y en esta danza de errores y verdades,
entendí que pensar no es dudar,
sino amar con la mente abierta
y con el corazón dispuesto a caer.
No vine al mundo a ser perfecto,
vine a aprender por dentro.
Y si algo me salva,
será el alma que no se rinde…
aunque duela.
Comentarios1
Es precioso este poema que nos habla sobre el aprendizaje de la vida en este planeta.
Aunque, a veces, sea duro es necesario aprender.
Muchas gracias por compartirlo, poeta Danii.
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