Lágrimas.

Mi trabajo lo demuestra, miedo le tengo a lágrimas soltar.

Soltarme a llorar; soltarme a la vulnerabilidad, soltarme a "la peor habilidad".

Pero a alguien conocí.

Es mi dulce querido, por el que siento que renací.

Sus palabras llegan a mi oído dulces y lentas. Mi amor, si lees esto, espero que de estar conmigo no te arrepientas.

En sus brazos he llorado y estos a mí me han reconfortado.

Algunos de la envidia viven, dirán que "me ha chiquiado".

Cada parte de estar con él sigue haciéndome pensar que vivo en un sueño dulcemente encantado.

Con él, llorar no es debilidad.

De él, comprenderme es su mejor habilidad.

Por él, vivo cada día llena de felicidad.

Hace tiempo que la gente no cree en el amor adolescente.

Yo le decía a la gente que yo tampoco era creyente, que mucho dolor pasé y observé de frente.

Y yo le digo a la gente ahora: «¡No tenemos la misma mente!»

Pues ¿Cómo puedo tener la misma mente, sabiendo que hay alguien ahora capaz de amarme tan febrilmente?

Mi novio trata mi corazón como si de cristal se tratase.

Mi novio hizo que, con sólo la vista de sus ojos, mi dolor supiera lo que es desvanecer.

Mi novio sabe conversar con la errática yo, lograrla del «te amo» de verdad convencer.

Mi novio, si sólo de él dependiera, su amor a loas cuatro vientos gritase 

Sí, somos adolescentes enamorados.

No, de ello jamás podré decir que nos avergonzamos.

Yo por él, dejaré mis barreras y lágrimas caer.

Él a mí, sé que me amará a gritos hasta nuestro último anochecer.