LA SOLEDAD Y SU CAMINO

señor k

Desde pequeño siempre he pensado que tenía cadenas en el cuello,
Y ello hacía que nadie se acercara, como si me tuvieran miedo.
Pero si yo soy como ellos, de carne y hueso,
Solo era un poco diferente, no charlaba de frente, ¿será eso? 

Solo me costaba hablar cara a cara,
Prefiero que Dios tirara una moneda:
Si sale cruz, era mejor que mi mamá no diera a luz,
Y si sale cara, tenía que afrontar mis miedos sin taparme la cara.

Así que tuve que ser mi propio guía,
Porque padre pareciera que no tenía,
Aunque lo quería y a veces me daba momentos de alegría,
También me dio un trauma que hasta ahora no lidiaría.

Los días pasaban y mi mente saltaba en las nubes que yo me imaginaba,
Aprendí a mirar a los demás e intentar conectar para no sentir lo mismo nunca más,
Para eso me mostraba como a ellos les gustaba.
Eso me dio un vacío, pero pareciera que no era mío,
Porque no sabía ni cómo me sentía.

Un día empecé a narrar lo que yo sentía y lo que yo vivía,
Cuando lo hacía, parecía que alguien me escuchaba y no juzgaba.
Antes había más sufrimiento que yo ocultaba por momentos,
Cuando ya no aguantaba, me tumbaba en mi cama y lloraba,
Hasta que me imaginaba que alguien me abrazaba para que yo me calmara,
Por momentos eso me tranquilizaba.

Ahora es diferente, me salen sonrisas,
¿Eso te pasa realmente o solo está en tu mente? 
En este punto, no lo sé, solo quiero creer que todo está bien.

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