La locura se ha apoderado ya de mí,
pienso inconexo
medianamente activo,
el calor no ayuda,
aplana,
la gente va a su avío
mi familia perdida está,
los amigos
muchos fallaron
culpable yo también
me siento
aunque quiera disentir.
Siete años
como las siete
plagas de Egipto,
mar embravecido
mi corazón,
cicatrices
al aire,
espejo sin imagen,
me miro
no me encuentro
ya no hay reflejos
por la ciudad
mi rastro se perdío
allá en los ochenta;
los noventa
sin pena ni gloria
los dos mil algo disfruté,
la década pasada,
la presente
de mal en peor,
mis pies blancos
blancos parecen
sucia la planta está;
estas letras
turbias y sórdidas
y negras son
ya se esconderá el sol;
una chicharra
anuncia más calor,
resignación,
cambio de actitud,
el lebeche
otros aires traerá,
pensamientos
positivos,
algún chapuzón
en las aguas
de Spartaria
que me levante
la moral;
los libros
antes refugio
eran
ahora desesperación
por la ausencia de concentración.
Un helado tomaré,
una coversación
me calmará,
es el contacto
con la realidad,
¿realidad o ficcion?
Tú decides.
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Autor:
Basil (
Offline)
- Publicado: 26 de junio de 2025 a las 08:46
- Categoría: Triste
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Correa, Pilar Luna, Josué Jaldin, Mauro Enrique Lopez Z., Antonio Miguel Reyes, Javier Julián Enríquez, alicia perez hernandez
Comentarios1
La vida real con imaginación es lo perfecto y que no se apodere de nosotros, que llevamos el mando, un saludo.
Es el maridaje perfecto, desde luego.
Gracias por tus palabras Pilar.
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